viernes, 2 de enero de 2009

Un campo de concentración llamado Gaza

Muchos fueron los incautos que creyeron que esa estratégica retirada de los israelíes de Gaza, en ese acomodaticio agosto era realmente un paso para la tan anhelada paz buscada por más palestinos que judíos. NO, no era el fin de la ocupación sino un movimiento necesario, que permitiría a Ariel Sharon, establecer como objetivo, hacer de la ocupación de la franja en cuestión o algo más sencillo y menos onerosa para Israel, pero infinitamente más dura para los palestinos.
Gaza se ha convertido ante los ojos complacientes de los organismos internacionales, en el mayor campo de concentración a cielo abierto del mundo. Y como se ha demostrado en estos días, es más fácil y menos arriesgado para los agresores, matar a distancia. Por ello la incursión despiadada de la aviación israelí, contra un lugar tan indefenso como Gaza. Por eso asesinan impunemente.
A Pesar de mi condición de fémina occidental (tomando en cuenta que en la mayoría de los países del medio oriente las mujeres no son seres dignos), creo firmemente que la solidaridad debe traspasar distancias, credos y lenguas. Porque así como he repudiado el holocausto judío, también repudio el HOLOCAUSTO PALESTINO, porque la incursión en Gaza tiene todos los visos de traslado a ese territorio de una guerra que es estimulada desde el exterior del enclave y desafortunadamente, la masacre del pueblo palestino pudiera perseguir un fin ulterior; por lo que Israel va a seguir jodiendo, hasta que nadie quiera vivir en ese infierno, en el que se ha convertido la franja”. Por lo que resultará muy fácil para los sionistas anexarlo a su territorio.
Gaza pudiera ser un lugar de ensueño. Lo fue hace décadas. Una franja de terreno asomada al Mediterráneo, plagada de naranjos, olivos e higueras. Pero Israel acabó prácticamente con todo, arrasó los árboles y desvió el agua, convirtiendo aquel vergel en un desierto gris y polvoriento, un lugar invivible, en el que toda la población está sometida al castigo colectivo impuesto por los israelíes.
Por lo que no puedo evitar recordar las palabras de un reconocido dirigente judío recogidas en la prensa de Tel Aviv, donde se divertía con sorna poco disimulada, al decir con insistencia “hay que hacer que los palestinos adelgacen un poco. ¿Qué gracioso, no?
Tal vez a muchos la frase no dijo nada , pero en el fondo refleja una carga de odio, de donde sugirió en aquel momento que había que matar de hambre, poco a poco, a los palestinos.
Ahora son esos “pobrecitos judíos” los que matan sin piedad y con inusitada vehemencia, tratando de borrar de la faz de la tierra al pueblo palestino, tal como lo pretendiera hacer Hitler con ellos. Por su parte , Hamás se lo pone fácil, La estrategia que desarrollan los integristas de “cuánto peor, mejor”, es igualmente criminal. Pero desgraciadamente si no fuera Hamás, sería cualquier otra excusa. La realidad es que Israel nunca ha apostado por la paz con los palestinos. A lo que los israelíes han llamado proceso de paz, en sucesivos gobiernos, era en realidad la exigencia de sometimiento. Eso lo sabe bien el ministro Moratinos, quien lo comprobó como enviado especial de la Unión Europea a la zona, los saben los mediadores de la ONU, de las agencias humanitarias, los trabajadores de las ONG,s y cualquiera que haya visitado o viajado por la zona. También lo sabe Estados Unidos, pero hasta ahora no le ha importado.
Por lo que fácilmente se puede deducir que si el nuevo
presidente Barack Obama, no exige a Israel que cumpla de una vez con la legalidad internacional, sistemáticamente violada por sus gobiernos, así como el cumplimiento del respeto los derechos humanos de los palestinos, sometidos a todo tipo de vejaciones, humillaciones y torturas. Entonces, más evidente no podrá ser la complicidad silente, lo que sin duda alguna incrementará el odio en el mundo árabe hacia Estados Unidos y el integrismo que se alimenta de la doble moral y de la hipocresía de Occidente, encabezado por Estados Unidos, hacia el conflicto palestino-israelí.
Para que tengan una idea sobre lo que ocurre en la franja de Gaza, recomiendo investiguen sobre el gueto de Varsovia, y si se conmueven y no se horrorizan, verán como así como los judíos se convirtieron de victimas en victimarios, el pueblo árabe, podría responder en bloque, lo que pudiera ocasionar una conflagración de proporciones impensables, y en una guerra sin fronteras. Ya que seria el pretexto perfecto para que los perros de la guerra coadyuven a salvar las economías de los desarrollados a costa de la muerte de millones de inocentes, claro está, que siempre se enarbolará el nombre de la democracia y la libertad.